Caminando junto a ti, sentí un silencio tétrico.
¿Acaso ya no habrá nada más que decir?
El brillo de tus ojos ha desaparecido y solo queda el vacío del rencor, del odio.
¿Acaso ya no habrá nada por hacer?
El gélido viento eriza los vellos de mi nuca,
mis lágrimas no tienen ningún valor en esta vida.
Ya no sirven como regalo, se estrellan en el suelo para mezclarse con la suciedad.
Creímos que el destino nos uniría,
pero las noches caen sobre nosotros junto con una tremenda soledad.
¿Acaso ya no habrá días futuros?
Buscamos la felicidad, Pero, ¿Qué es la felicidad?
No recuerdo conocer su significado.
Caminamos sin rumbo, sin conocer la dirección.
recorremos sin mirarnos, sin sostenernos,
y el bosque de abedules y sauces llorones, cada día se hace
más inpenetrable, más oscuro y húmedo.
Las ramas entorpecen mi caminar, tu luz se aleja y no te has dado cuenta
que me he caído, tu; en un perfecto estado hedonista, caminas sin detenerte;
yo trato de llamarte, intento gritar; pero tu te alejas más,
yo me he quedado atrapada, entro en pánico. Las raices parecen cubrir mi cuerpo,
parecen raptarme hacia lo más profundo de sus entrañas. Intento huír,
intento romper aquellas ramas que me hacen presa de mi vida.
Casí no escucho tu chiflido, ya no puedo verte,no puedo olerte, no puedo sentirte.
Cierro los ojos, deseo que sea una pesadilla, deseo despertar y tenerte a mi lado, contemplarte mientras duermes a mi lado. Pero no, el frío calá mis huesos la tierra húmeda penetra mis poros,
las héridas se contaminan con el fango, la sangre escurrida se mezcla con la arcilla.
Llagas sobre llagas, dolor sobre el dolor, ¿Cuánto tiempo podré resistir?
El pulcro blanco de mis huesos desollandome, exprimiéndo todo mi ser, la sangre fría acumulada se ha convertido en mi sábana. No quiero dejar de luchar, quiero correr a tu lado, tomarte del brazo, pero ya no estás en el horizonte, sigues sin darte cuenta que no estoy a tu lado. Poco a poco se me acaban las fuerzas; ¿Cuánto tiempo podré seguir luchando? Cuánto dolor puedo sportar,si ya pase el umbral del dolor hace mucho tiempo; ¿Cuánto tiempo pasará para que te des cuenta que no voy a tu lado?¿Regresarías por mi? El miedo me invade por primera vez en mi vida, jamás creí verme envuelta en un miedo corrosivo. jamás creí temerle al bosque de abedules y sauces llorones. Mi corazón comienza a perder su vigor, los latidos son tenues, y frágiles, ¿Acaso habrá perdido la esperanza? ¿Acaso él puede morir primero? Tengo miedo, tengo miedo de morir aquí, jamás había tenido miedo de morir; No puedo huír sin ayuda, las ramas se han adueñado de mi cuerpo, quieren robarse mi alma... pero no se han dado cuenta que no tengo, que no está conmigo, que mi alma camina a tu lado y por eso te sientes seguro, por eso no te has dado cuenta que no estoy físicamente, porque mi alma te sostiene; mi alma te mantiene en ese estado hedonista que tan feliz te hace...¿Qué pasará cuando el bosque se de cuenta que no tengo el alma que busca? ¿Ira tras de ti? ¡Qué dilema! Con tanto dolor no puedo ni pensar... Prefiero morir en sus entrañas a que vaya trás de ti y te robe mi alma. ¿Qué debo hacer? ¿Seguir luchando para salir? o ¿Esperar a que muera y que el tiempo se acabe, esperando que tu hayas podido encontrar la salida de este tétrico bosque? Las lágrimas invaden mi vista, ya no me importo yo, solo quiero que tu seas feliz con mi alma, huye de este bosque, ¡Huye! Salva tu vida, salva tu alma y tal vez así puedas salvar la mía. Tal vez una vez muerta pueda rencarnar en otra vida; y así podré buscar a mi alma, con la seguridad de encontrarte a ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario